*Por Ariel Bordaisco
El título no es una provocación, es una necesidad. Y no sólo una necesidad de este tiempo sino, sobre todo, del tiempo que viene. Estamos a poco más de dos meses del Censo Nacional, que va a echar luz sobre muchos aspectos de nuestra ciudad que siguen estando discutidos, por falta de datos, por inconsistencias de todo tipo. Es increíble, pero todavía hay cosas que no sabemos de nosotros mismos.
Pero de lo que estamos seguros es de la enorme relevancia que tiene Mar del Plata como motor del desarrollo regional: por su tamaño, población, capacidad productiva, innovación, desarrollo de la economía del conocimiento, oferta universitaria y mucho más.
Por eso, planteamos de una vez por todas: ¿Cómo puede ser que una ciudad como la nuestra no se pueda gestionar a sí misma? ¿Cómo es que todavía, en clara violación a la Constitución Nacional, una ciudad como la nuestra tenga que pedir permisos a los despachos en La Plata para tomar decisiones?
Este es un reclamo histórico, que el radicalismo bonaerense ha mantenido en la agenda a lo largo de varios gobiernos. Pero, ahora el tema es distinto. Mientras el mundo avanza hacia la flexibilidad, nosotros seguimos gobernando con los instrumentos que vienen desde Juan Manuel de Rosas. La autonomía de los municipios de la Provincia es un imperativo de la época, ya no es una opción administrativa. Que se entienda claramente: no se puede gobernar bien sin autonomía.
Ariel Bordaisco.
Concretamente, Mar del Plata no puede tener un esquema económico financiero que se adapte a sus necesidades actuales sin autonomía municipal. Seguirá teniendo una Ley Orgánica Municipal que regula de la misma manera a un municipio de 15.000 habitantes que uno de más de un millón. Seguirá atando su funcionamiento a las decisiones, en muchos casos inequitativas de un gobernador, que regula coparticipación, subsidios, obra pública, esquema electoral, y hasta aspectos cotidianos, como fue las prohibiciones de la cuarentena eterna con un sistema de fases que nunca funcionó.
Es hora de la autorregulación, porque si no Mar del Plata no va a poder crecer. Y con esa urgencia fue que presentamos en el Senado provincial un proyecto de Ley para lograr la autonomía de los municipios. Será el primer paso para poder reordenar, para tener la posibilidad de generar acuerdos regionales, corredores turísticos entre municipios, repensar en conjunto el desarrollo económico.
Por lo que somos, por la envergadura que tenemos, deberíamos ser tratados como iguales, como lo hacen con Córdoba, con CABA, como lo está discutiendo Rosario. Nosotros miramos a esas ciudades como si fuéramos menos, pero el trabajo para lograr lo que ellas lograron empieza desde adentro, y no por decisión de un gobernador.
Un nuevo mundo requiere nuevas formas de interpretarlo y de gestionarlo. Los municipios no son los de la década del 70. La función cambió, porque cambió la realidad. Lo único que no cambia son las normativas que nos anclan al pasado: si desde Mar del Plata no traccionamos con fuerza hacia el futuro, ¿Quién más podrá hacerlo?
*Senador provincial